En el orden del día y de la noche / Silvia Barón Supervielle





¿Hay una memoria secreta? No está seguro. Sin embargo, tiene la edad del recuerdo. Nunca tuvo más que esa edad. Pero sólo recuerda lo que no está, lo que falta alrededor de él. Una historia que se oculta, o que no sucedió, o que le fue robada. 













Nuestra sabiduría misma y deliberación
Sigue por lo general la conducta del azar. 












Un rostro reconocible ha rozado los vidrios.
 Mi mano se inmoviliza. Ya no levanto la cabeza por temor a verla aparecer. De pronto ha ocupado el mundo vacante de mi memoria. Por él ya no tenemos lugar, nombre, estamos extraviados, el desorden se ha instalado en el orden del día y de la noche y las cosas ya no están en su lugar. Por él, el paisaje nos ha sido restituido.













 Desde entonces he escrito, intermitentemente, mientras un joven animal se precipita dentro de mi pecho. Se despliega para liberarse y ganar terreno. Se mantiene tranquilo, luego enloquece y se encabrita, rueda, se revuelve, gira sobre sí mismo y sacude la cabeza golpeando los cascos. Relincha, pero no lo escucho, es una vibración sostenida, semejante a un gemido, que aumenta y disminuye su intensidad.















Sobre esto no había dudas: nos conocíamos.
En una época, en un lugar no localizable, habíamos sido hermano y hermana, o padre e hija, madre e hija, amigos íntimos, por cierto amantes con o sin parentesco. Para mí, la noche del encuentro, nos habíamos sentido muy cerca uno del otro y la proximidad marcaba un momento impreciso del pasado.














No hay pasión más contagiosa que la del miedo,
ni que merezca fácilmente tanto crédito,
y que se expanda más bruscamente.













 Los caballos se apuran en el camino de regreso a la caballeriza, un niño agarra las riendas, aprieta las rodillas contra el vientre de su montura y comparte su nerviosidad. Es un estado exaltado, sin restricción, corren sin ruido con los cascos rozando el polvo rosa y rojo.






#Silvia Barón Supervielle
#La forma intermediaria
#Editorial Adriana Hidalgo, 2008







#En el orden del día y de la noche
#Buenos Aires, barrio de Caballito, Bar el Coleccionista, 18 de agosto de 2018
#Coleccionistas de Palabras / Mónica Tempesti / Soledad Rithner / Silvia Galiano/ Alejandra Pultrone
                                            Coleccionista honoraria : Silvia Sarcansky






fotos y asistencia del blog/ Soledad Rithner 

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