Un vasto cielo

 


Buenos Aires parecía desierta, lánguida. Como si todavía no se hubiese repuesto de los alborotos de fin de año. Por Leandro Alem se deslizaban unos pocos automóviles extraviados. Solo las torres negras de Las Catalinas que de noche están lustradas de negro brillante conservaban algunos pisos iluminados como guirnaldas de plata navideña. Detrás las luces de la zona portuaria parpadeaban en una tiniebla brumosa. Y arriba un vasto cielo abierto, como es difícil ver en las ciudades.


Marco Denevi

El amor es un pájaro rebelde

Editorial Corregidor, Buenos Aires, 1993.


foto/ AP.

Comentarios