4,3,2,1 / Paul Auster





Todo el mundo necesita un amigo, y si quieres, ese amigo puedes ser tú.





Con la ira y la decepción no se llega muy lejos, comprendió, pero sin la curiosidad estaba uno perdido.







Todo en armonía durante una temporada, y entonces sale el sol una mañana y el mundo empieza a descomponerse.






Estoy pensando en mis abuelos, dijo. Y en mi padre, y en toda la gente que he conocido que ya está muerta. (Señalándose la sien izquierda. ) A veces se pone muy negro ahí dentro.







Dios no estaba en ninguna parte, dijo para sí, pero la vida estaba en todas partes, y la muerte estaba en todas partes, y los vivos y los muertos estaban unidos.





4, 3, 2, 1

Paul Auster

Buenos Aires, Bar El Coleccionista, enero 2024.

fotos / AP




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