Hablándole a Pena




Ah, Pena, no debería tratarte
como a un perro sin dueño
que viene hasta mi puerta
por un mendrugo, o un hueso pelado.
Debería confiar en ti.
Debería convencerte
de que entres en mi casa y darte
tu propio rincón,
una alfombra raída donde echarte,
tu propio plato de agua.
Crees que no sé que has estado viviendo
bajo mi portal
Anhelas que tu lugar definitivo esté listo
antes que llegue el invierno. Necesitas
tu nombre,
tu collar y medalla. Necesitas tener
el derecho de espantar a los intrusos,
para considerar tuya
a mi casa
y a mí tu persona
y a tí misma
mi perro.


*Denise Levertov
Entre los poetas míos / Colección antológica de poesia social (volumen  25) 
Biblioteca virtual Omegalfa

Foto / AP
Buenos Aires, enero 2020.




Comentarios