La estupidez en la literatura de la ciudad



Es tan fácil, tan fácil y tan difícil escribir en la ciudad. 
Dicen que el paisaje ayuda, el recogimiento en las torres-faros intensifica la calidez del micro mundo. ¿Escribir en la ciudad?¡ Se necesita tan poco! Lápiz, papel,un buen día apropiado y el público, que en la ciudad, nunca falta. Vivir engañados, vivir engañados hasta que resulte tarde salir de la vidriera y abandonar la pasión. Salir indemne de un juego peligroso, no siempre es posible, no siempre es posible.
Escribir es una tarea hermosa, pero dura.
¿Quién puede asegurar qué es realmente un escritor?
¿La calidad? ¿Cómo puede medirse?Si hay infinidad de públicos e inclusive entre el grupo de los iniciados hay opiniones disimiles.
Pero en la ciudad los problemas recaen en algo más primitivo, más primitivo. Cualquiera que escriba un mísero poema dentro de los límites geográficos de la ciudad, tiene, lo sabemos, la posibilidad de publicarlo. Y no solo tiene la posibilidad de ver su obra en letras brillantes, se sabe que el halago fácil, le resuelve la decisión. Soy yo, soy yo, el elegido.
Soy yo, el magnífico. Soy yo el que debe escribir para la posteridad. Nada ni nadie me detendrá. Los problemas más profundos de mi vida serán anulados o enriquecidos por la literatura.
Y la gloria, la gloria, me estará esperando.


*Anahí Lazzaroni

La estupidez en la literatura de la ciudad ( fragmento)

*En esta ciudad se escribirá una novela
Ediciones Revista Aldea, Ushuaia, Tierra del Fuego,1989.


Foto / AP
Buenos Aires /2020








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