El viajero que no implora





#Zigmunt Bauman
#ErnestoSábato
#HomeroManzi




Amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino significa, en última instancia, dar libertad al ser: esa libertad que está encarnada en el Otro, el compañero en el amor. 











Los celulares ayudan a estar conectados a los que están a distancia.
Los celulares permiten a los que se conectan, mantenerse a distancia.







Cuando una cantidad cada vez más grande de información se distribuye a una velocidad cada vez más alta, la creación de secuencias narrativas, ordenadas y progresivas, se hace paulatinamente más dificultosa. La fragmentación amenaza con devenir hegemónica. Y esto tiene consecuencias en el modo en que nos relacionamos con el conocimiento, con el trabajo y con el estilo de vida en un sentido amplio.







Si la felicidad prevista no llega a materializarse, siempre está la posibilidad de echarle la culpa a una elección equivocada antes que a nuestra incapacidad para vivir a la altura de las oportunidades que se nos ofrecen.





La vida social ya se ha transformado en una vida electrónica o cibervida.


  #ZigmuntBauman #AmorLíquido #Entrevistas

                                                       
  




El tango es la expresión del alma porteña
y todos, tanto los de la Guardia Vieja, como
los de la Vanguardia, han dado alguno de
sus atributos.

Los que ahora nos incorporamos a este
complejo proceso, lo hacemos con humildad
y admiración hacia ellos. Y sin más títulos que
los que nos confiere nuestra condición de
porteños y el entrañable amor a Buenos Aires.



                                                                     #ErnestoSábato









Alejandra


He vuelto a aquel banco del Parque Lezama. 
Lo mismo que entonces se oye en la noche
la sorda sirena de un barco lejano
Mis ojos nublados te buscan en vano. 

Después de diez años, he vuelto a tí solo,
soñando aquel tiempo, oyendo aquel barco,
el tiempo y la lluvia, el viento y la muerte:
ya todos llevaron, ya nada dejaron ...

Entre soledades y hondos dolores
en vagas regiones de negros malvones
estás, Alejandra, por cuáles caminos, 
con grave tristeza, oh muerta princesa! 

He vuelto a aquel banco del Parque Lezama.
Lo mismo que entonces se oye en la noche
la sorda sirena de un barco lejano. 
Mis ojos nublados te buscan en vano. 

Ahora tan solo la bruma de otoño.
Un viejo que duerme... las hojas caídas...
El tiempo y la lluvia, el viento y la muerte:
Ya todos llevaron, ya nada dejaron ... 



 
#Letra: Ernesto Sábato
                                                                                                                                                            #Música: Aníbal Troilo.

                                                                                       


























Fuimos


Fui como una lluvia de cenizas y fatigas
en las horas resignadas de tu vida...
Gota de vinagre derramada,
fatalmente derramada, sobre todas tus heridas.
Fuiste por mi culpa golondrina entre la nieve
rosa marchitada por la nube que no llueve.
Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanza
que no puede vislumbrar su tarde mansa.
Fuimos el viajero que no implora, que no reza,
que no llora, que se echó a morir.

¡Vete...!
¿No comprendes que te estás matando?
¿No comprendes que te estoy llamando?
¡Vete...!
No me beses que te estoy llorando
¡Y quisiera no llorarte más!
¿No ves?,
es mejor que mi dolor
quede tirado con tu amor
librado de mi amor final
¡Vete!,
¿No comprendes que te estoy salvando?
¿No comprendes que te estoy amando?
¡No me sigas, ni me llames, ni me beses
ni me llores, ni me quieras más!

Fuimos abrazados a la angustia de un presagio
por la noche de un camino sin salidas,
pálidos despojos de un naufragio
sacudidos por las olas del amor y de la vida.
Fuimos empujados en un viento desolado...
sombras de una sombra que tornaba del pasado.
Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanza,
que no puede vislumbrar su tarde mansa.
Fuimos el viajero que no implora, que no reza,
que no llora, que se echó a morir.













DEFINICIONES PARA ESPERAR MI MUERTE


Puedo cerrar los ojos
lejos de las pequeñas sonrisas que conozco.
Escuchando estos ruidos recién llegados.
Viendo estas caras nuevas.
Como si de pronto
los mil lentes de la locura
me trasladaran a un planeta ignorado.

Estoy lleno de voces y de colores
que juraron acompañarme hasta la muerte
como amantes resignadas al breve paso de mi eternidad.

Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme
sólo cuando mi cuerpo
hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamente preparadas para mi ausencia.

Sé que mi nombre resonará en oídos queridos
con la perfección de una imagen.
Y también sé que a veces dejará de ser un nombre
y será sólo un par de palabras sin sentido.

Estoy lleno de voces y de colores.
Unas veces recogidos en el sonambulismo de la marcha.
Otras, inventados tras mi propia soledad.

Con ello se integrará un cortejo final de despedida.
Se cambiarán en lágrimas y palabras piadosas.

Pero hoy, en medio de lo que todavía no he podido amar,
evoco a los marinos,
encerrados en las paredes altas de la tormenta;

a los soldados
caídos sobre hierbas lejanas;

a los peregrinos
que duermen bajo la sombra de árboles innominados;

a los niños
que yacen contemplando el yeso de los hospitales;

y a los desesperados
que entregan el último gesto
frente al paisaje final e instantáneo de la demencia.


                            
                                                                      #HomeroManzi












Fuimos, en la voz de Roberto Goyeneche   
                                            
https://www.youtube.com/watch?v=vGaGpz6G358


y en la de Adriana Varela





    #BuenosAires, Bar Esquina Homero Manzi, 14 de enero de 2017.

    #El viajeroQueNoImplora
   #ColeccionistasDePalabras












Comentarios